Tinajo, Lanzarote

La hermosa isla de Lanzarote con su particular belleza te ofrece el singular encanto de un paisaje marcado por un pasado volcánico en el municipio de Tinajo, uno de los más extensos, con una división administrativa regida, casi en su totalidad, por la antigua jurisdicción parroquial de la isla.
En gran parte cubierto por lavas de las erupciones volcánicas desde el Timanfaya y el Tinguatón, en los años 1730 a 1736 y 1824. Un hecho que ha permitido que Tinajo haya podido establecer en sus tierras una agricultura próspera y lucrativa, a pesar de la escasez de lluvias, ya que sus cultivos a partir de la ceniza volcánica (rofe o picón) que conserva muy bien la humedad, se desarrollan en excelentes condiciones y con una calidad óptima. En sus suelos se encuentra todas las modalidades de cultivo de la isla como gavias, bancales, enarenados naturales y artificiales, jables, y muchos más.
Su principal núcleo de población está ubicado en las vegas entre las montañas de Tinajo y de Tinache. Otros núcleos poblacionales son Mancha Blanca, La Santa, La Vegueta, y El Cuchillo. Todos con ese aire rural reflejado en sus casas de arquitectura tradicional con elementos característicos como hornos, aljibes, corrales, entre otros, alternando con construcciones más recientes.
En este hermoso municipio destacan los espacios naturales más importantes de la isla: el Parque Nacional de Timanfaya, el único Parque Nacional en Canarias que limita con el mar; el Paisaje Protegido de la Geria, un singular enarenado natural de cenizas volcánicas en donde el hombre ha creado armoniosamente un paisaje agrario único en el mundo, en el que a base de esfuerzo y dedicación se cultivan vides, higueras y otros árboles frutales. En su superficie se encuentra el monumento natural de La Cueva de Los naturalistas; el Parque Natural de los Volcanes, que comparte con los municipios de Tías y Yaiza, una de las mejores muestras junto a Timanfaya de las erupciones volcánicas recientes de la isla.
La fe religiosa de los residentes de este municipio está íntimamente ligada a su pasado volcánico y gira con gran devoción en torno a la Virgen de los Dolores, popularmente conocida como la Virgen de los Volcanes, patrona de la isla, quien, según cuenta la leyenda, arropó bajo su manto protector la extensión de este municipio logrando detener los enormes ríos de lava, producto de las erupciones volcánicas, que iban directamente sobre los habitantes y las casas de Mancha Blanca, y donde aún se conserva la cruz en el mismo lugar en el que se detuvo la lava.
Por lo que en agradecimiento y como promesa por el milagro concedido, en 1781, fue construida la Ermita de los Dolores, y cada 15 de septiembre, se celebran las fiestas en su honor, donde acuden romeros y peregrinos desde todos los rincones de la isla, ataviados con los trajes típicos, para otorgar sus presentes y regalos a la Virgen con inmensa devoción.